DESDE EL EXILIO (V)

LECCIÓN BLANCA
No es mi intención posicionarme en un bando o en otro en lo que a los dos grandes del fútbol español se refiere. Además, soy poco partidario de hablar de fútbol once al tratar del fútbol sala.
Pero el pasado derbi en el Camp Nou me orientó sobre el espíritu necesario para terminar primeros en la clasificación del grupo B.
Nuestra situación es parecida a aquella en la que se encontraba el equipo blanco antes del 23 de diciembre: primeros en la tabla y partido en casa del más cercano perseguidor. En nuestro caso, tan cercano que de ganarnos nos relegaría al segundo puesto (el Madrid, por contra, estaba a cuatro puntos del Barça).
Cuando Mejuto pitó el final todas mis teorías sobre cómo afrontar el partido en San Juan dejaron de revolotear y cayeron muertas al suelo. ¡Ya está, no hace falta más! El Madrid acababa de dar toda una lección de eficacia, de ese "jugar para ganar" del que otras veces he hablado. No tuvo más posesión, no lanzó más córners, no jugó más en campo contrario... pero ganó. Tres puntos más y doble colchón con los segundos. El Madrid, borracho de espíritu ganador, hizo bien lo que hay que hacer para ganar, sin perder energías adornándose. Orden táctico, poderío físico.
No creo que este Madrid vaya a ser recordado por haber practicado un juego vistoso, espectacular. Pero sí que lo será por haber tumbado al Barça en su feudo, algo que no ocurría desde hacía mucho.
Personalmente, lo único que necesito ahora es eso, ganar. Gracias Madrid.