AGRADECIMIENTOS
Ésto me queda por hacer: agradecer. Así puedo realmente dar por concluída mi temporada al frente de éste equipo.
Y quiero empezar agradeciendo a los PADRES que hayan tomado la decisión -acertadísima, en mi opinión- de apostar por el futbito en el colegio. Así, son ellos los primeros en brindar a sus hijos la oportunidad -seguro que supera todas sus expectativas- de hacer equipo con los compañeros de clase. Ni clubes deportivos, ni fútbol 11, ni leches. Futbito en el cole, con los amigos.
En segundo lugar quiero agradecerle al COLEGIO que haga posibles historias tan ricas como la que os he contado en éste blog -¡ésta es solo una de tantas!-, todos los años, con todos los cursos. Mención especial para DON ALBERTO, personificación de toda esa tarea del colegio como encargado. Entre críos, balones, árbitros cortísimos, entrenadores maleducados y otras movidas el curso se alarga... para terminar pagando a los entrenadores, je, je.
Y quisiera aplaudir de forma especial a esos PADRES COMPROMETIDOS, siempre dispuestos a sacrificar una mañana de sábado para alimentar la ilusión de sus hijos. Viajes a pueblos -previstos y no tan previstos-, minutos y minutos en la grada -cuando la hay- para saber aconsejar, para grabar, para sufrir y disfrutar... premios en forma de abrazos, palmadas y refrescos... Es mucho. Puedo decir que, de alguna forma, no he entrenado solo.
Y, cómo no, quiero mostrar mi más efusivo agradecimiento -fuertes aplausos, todos en pie- a todos y cada uno de los CHAVALES que han participado en mi proyecto. Ellos son los que han puesto todo, los que han sufrido horas y horas de duro entrenamiento, los que han apostado por creer en el proyecto. 46 entrenamientos. 22 partidos. 268 días... Ha sido una parte considerable de su vida durante éste curso. Quiero escribirlo otra vez, los pelos en punta; una lágrima:
Y quiero empezar agradeciendo a los PADRES que hayan tomado la decisión -acertadísima, en mi opinión- de apostar por el futbito en el colegio. Así, son ellos los primeros en brindar a sus hijos la oportunidad -seguro que supera todas sus expectativas- de hacer equipo con los compañeros de clase. Ni clubes deportivos, ni fútbol 11, ni leches. Futbito en el cole, con los amigos.
En segundo lugar quiero agradecerle al COLEGIO que haga posibles historias tan ricas como la que os he contado en éste blog -¡ésta es solo una de tantas!-, todos los años, con todos los cursos. Mención especial para DON ALBERTO, personificación de toda esa tarea del colegio como encargado. Entre críos, balones, árbitros cortísimos, entrenadores maleducados y otras movidas el curso se alarga... para terminar pagando a los entrenadores, je, je.
Y quisiera aplaudir de forma especial a esos PADRES COMPROMETIDOS, siempre dispuestos a sacrificar una mañana de sábado para alimentar la ilusión de sus hijos. Viajes a pueblos -previstos y no tan previstos-, minutos y minutos en la grada -cuando la hay- para saber aconsejar, para grabar, para sufrir y disfrutar... premios en forma de abrazos, palmadas y refrescos... Es mucho. Puedo decir que, de alguna forma, no he entrenado solo.
Y, cómo no, quiero mostrar mi más efusivo agradecimiento -fuertes aplausos, todos en pie- a todos y cada uno de los CHAVALES que han participado en mi proyecto. Ellos son los que han puesto todo, los que han sufrido horas y horas de duro entrenamiento, los que han apostado por creer en el proyecto. 46 entrenamientos. 22 partidos. 268 días... Ha sido una parte considerable de su vida durante éste curso. Quiero escribirlo otra vez, los pelos en punta; una lágrima:
23.V.08 colorín colorado...
Parece mentira que haya que terminar así. Hasta las 13.30 no conseguimos acceder al Poli.
Alguno hay que por pereza no se ha cambiado y me da profunda pena, especialmente en el caso del subcapitán, del que no esperaba algo así. Algo habré hecho mal...
Hoy tenía pensado regalarles el poli para que jueguen un partido.
Me siento en lo más alto de la grada y observo. Y pienso.
Alguien dijo alguna vez: "quien ama la mar, ama también la rutina del barco". Creo que a mí me ha sucedido al revés: primero el día a día y, en consecuencia, la totalidad.
Juegan felices. Hoy no intervengo, sólo quiero verles jugar por última vez.
Al término del partido les llamo a la grada, donde nos sentamos en algo parecido a un corro. Un grupo nutrido de enanos entra para jugar en el parqué. No soy muy dado a las despedidas y menos todavía a toda su palabrería, así que, simplemente les digo que me voy contentísmo y muy agradecido. Luego les explico que, como muestra de mi agradecimiento, quiero regalarles la dirección de éste blog. Puede ser un buen recuerdo, o simplemente la confirmación de que soy un "pirao" del fútbol. ¡Qué más da! Lo que tengo claro es que la historia que aquí narro es más suya que mía. Les pertenece.
Y... éste cuento se ha acabado.
Alguno hay que por pereza no se ha cambiado y me da profunda pena, especialmente en el caso del subcapitán, del que no esperaba algo así. Algo habré hecho mal...
Hoy tenía pensado regalarles el poli para que jueguen un partido.
Me siento en lo más alto de la grada y observo. Y pienso.
Alguien dijo alguna vez: "quien ama la mar, ama también la rutina del barco". Creo que a mí me ha sucedido al revés: primero el día a día y, en consecuencia, la totalidad.
Juegan felices. Hoy no intervengo, sólo quiero verles jugar por última vez.
Al término del partido les llamo a la grada, donde nos sentamos en algo parecido a un corro. Un grupo nutrido de enanos entra para jugar en el parqué. No soy muy dado a las despedidas y menos todavía a toda su palabrería, así que, simplemente les digo que me voy contentísmo y muy agradecido. Luego les explico que, como muestra de mi agradecimiento, quiero regalarles la dirección de éste blog. Puede ser un buen recuerdo, o simplemente la confirmación de que soy un "pirao" del fútbol. ¡Qué más da! Lo que tengo claro es que la historia que aquí narro es más suya que mía. Les pertenece.
Y... éste cuento se ha acabado.
* sin anestesia
Pues parece que ahora sí, que ahora va en serio: ésto se acaba.
La madre competición ha tenido el detalle de permitirnos terminar con dos victorias, que hacen que el sabor global de la temporada quede más dulce que agrio.
Y... es mejor así. Algo rápido. Los apéndices ya quedaron hechos hace unas semanas, el efecto "despedida" ya pasó y ahora queda preocuparse única y exclusivamente por terminar bien el curso.
Me voy contento, contentísimo. Éste ha sido, sin duda alguna, el año que más he aprendido. Y, evitando compararlo con otros cursos para no dejarme llevar por la pasión de lo inmediato, diré que tengo la impresión de haber colaborado en la formación de un equipazo, en la ilusión de un grupo de enanos por hacerse grandes y en la consecución de títulos que todavía no han llegado, pero que llegarán. Me alegra -mucho- haber podido vivirlo en primera persona.
El viernes les diré adiós en el entreno.
La madre competición ha tenido el detalle de permitirnos terminar con dos victorias, que hacen que el sabor global de la temporada quede más dulce que agrio.
Y... es mejor así. Algo rápido. Los apéndices ya quedaron hechos hace unas semanas, el efecto "despedida" ya pasó y ahora queda preocuparse única y exclusivamente por terminar bien el curso.
Me voy contento, contentísimo. Éste ha sido, sin duda alguna, el año que más he aprendido. Y, evitando compararlo con otros cursos para no dejarme llevar por la pasión de lo inmediato, diré que tengo la impresión de haber colaborado en la formación de un equipazo, en la ilusión de un grupo de enanos por hacerse grandes y en la consecución de títulos que todavía no han llegado, pero que llegarán. Me alegra -mucho- haber podido vivirlo en primera persona.
El viernes les diré adiós en el entreno.
16.V.08 en "petit comité"
Asistentes: Javi M, Miguel G, Eugenio H, Álex I, Juan B, Iñigo B y Sikai Q.
Uy, uy, uy... me huele raro.
En el poli hay un apetecible partido de los mayores para el trofeo director. Entrenaremos fuera.
Pablo F, tras dejar de jugar en una portería me explica que le duele muchisísimo el pie. Fernando S también se baja argumentando haber recibido un "tiopepe" unos minutos antes.
Total, entrenamos siete, y me callo lo que pienso para no estallar.
Hace un día soleado.
Quiero premiar de algún modo a los siete incondicionales que han aparecido hoy. Por eso, corremos sólo unos minutillos y hacemos el ejercicio de las líneas una sola vez. Agradecen el detalle.
Y abrimos una suculenta sesión de tiros a puerta a discreción. Como sólo son siete y tenemos dos balones los chavales realmente se vacían tirando a puerta, y Álex, el portero, se divierte con tanto que parar.
Al final les explico cómo tirar penaltis. Aunque no lo crean, ejercicios como éste sirven para ganar en confianza a la hora de ejecutar una pena máxima. Les digo que lo más importante es la seguridad con la que se va al balón, y que por eso es fundamental tener bien claro -mucho antes de coger carrera- el sitio en el que se va a colocar la pelota. Decidir y ejecutar, sin dudar.
Ellos me dicen dónde la van a poner y ejecutan. Bien.
Luego les hago ver que un penalti, así, sin más, es tarea sencilla. Lo que no es tan sencillito es asumir la responsabilidad de tirar un penalti en su contexto: en un partido, en la recta final de un partido empatado, en una final, en la tanda final de penaltis de una final... Ahí es donde, por todo, uno deja de creer en sí mismo. Las piernas t¡emblan, la distancia a portería se multiplica, el portero se hace más alto, la portería más pequeña y el corazón pide espacio en la capacidad bucal. Ahí es donde se ve quién vale y quién no.
Y lo vemos: Organizamos un torneo. El que falla se elimina.
Je, je... Cinco de seis fallaron su primer tiro.
El segundo y el tercero sirven para ganar en esa confianza de la que venía hablando.
Creo que les ha servido. Y nos hemos divertido.
Uy, uy, uy... me huele raro.
En el poli hay un apetecible partido de los mayores para el trofeo director. Entrenaremos fuera.
Pablo F, tras dejar de jugar en una portería me explica que le duele muchisísimo el pie. Fernando S también se baja argumentando haber recibido un "tiopepe" unos minutos antes.
Total, entrenamos siete, y me callo lo que pienso para no estallar.
Hace un día soleado.
Quiero premiar de algún modo a los siete incondicionales que han aparecido hoy. Por eso, corremos sólo unos minutillos y hacemos el ejercicio de las líneas una sola vez. Agradecen el detalle.
Y abrimos una suculenta sesión de tiros a puerta a discreción. Como sólo son siete y tenemos dos balones los chavales realmente se vacían tirando a puerta, y Álex, el portero, se divierte con tanto que parar.
Al final les explico cómo tirar penaltis. Aunque no lo crean, ejercicios como éste sirven para ganar en confianza a la hora de ejecutar una pena máxima. Les digo que lo más importante es la seguridad con la que se va al balón, y que por eso es fundamental tener bien claro -mucho antes de coger carrera- el sitio en el que se va a colocar la pelota. Decidir y ejecutar, sin dudar.
Ellos me dicen dónde la van a poner y ejecutan. Bien.
Luego les hago ver que un penalti, así, sin más, es tarea sencilla. Lo que no es tan sencillito es asumir la responsabilidad de tirar un penalti en su contexto: en un partido, en la recta final de un partido empatado, en una final, en la tanda final de penaltis de una final... Ahí es donde, por todo, uno deja de creer en sí mismo. Las piernas t¡emblan, la distancia a portería se multiplica, el portero se hace más alto, la portería más pequeña y el corazón pide espacio en la capacidad bucal. Ahí es donde se ve quién vale y quién no.
Y lo vemos: Organizamos un torneo. El que falla se elimina.
Je, je... Cinco de seis fallaron su primer tiro.
El segundo y el tercero sirven para ganar en esa confianza de la que venía hablando.
Creo que les ha servido. Y nos hemos divertido.
13.V.08 insisto, salir por banda
Asistentes: Javi M, Fernando S, Miguel G, Pablo F, Eugenio H, Álex I, Juan B, Iñigo B y Sikai Q.
Martes y trece.
Entrenamos -otra vez- en el exterior cubierto. Enrique P enfermo y Álvaro V lesionado.
Somos nueve.
Carreras habituales, líneas habituales y nos sentamos en portería. Hablamos poco. No sé, hoy no hay mucho de qué hablar y olvido analizar el partido del sábado pasado.
Así que nos ponemos a trabajar el tema de las bandas. Primero lo hacemos saliendo desde un lado, en pared con un defensor. Luego practicamos el mismo ejercicio desde la otra banda. Y por último me pongo yo en banda para que salgan haciendo pared conmigo, siempre a la espalda del defensor porque, si lo hacen bien, llegarán siempre antes que él. Se ve.
Y sin haberlo pretendido se nos va la hora.
Terminamos con una rápida tanda de tiros a puerta, para que puedan desahogarse.
Los despido hasta el viernes.Martes y trece.
Entrenamos -otra vez- en el exterior cubierto. Enrique P enfermo y Álvaro V lesionado.
Somos nueve.
Carreras habituales, líneas habituales y nos sentamos en portería. Hablamos poco. No sé, hoy no hay mucho de qué hablar y olvido analizar el partido del sábado pasado.
Así que nos ponemos a trabajar el tema de las bandas. Primero lo hacemos saliendo desde un lado, en pared con un defensor. Luego practicamos el mismo ejercicio desde la otra banda. Y por último me pongo yo en banda para que salgan haciendo pared conmigo, siempre a la espalda del defensor porque, si lo hacen bien, llegarán siempre antes que él. Se ve.
Y sin haberlo pretendido se nos va la hora.
Terminamos con una rápida tanda de tiros a puerta, para que puedan desahogarse.
REDÍN 5-2 ANAITASUNA
Sábado, 10 de mayo.
11:00, Colegio El Redín.
11:00, Colegio El Redín.
Nos ponemos a correr en el exterior cubierto antes de que se abra el polideportivo.
Nublado. Frío. Poca atmósfera de fútbol.
Unos minutos antes entramos para realizar los tiros de calentamiento y movimiento de balón.
Y arranca el partido. Pronto nos hacemos con el dominio del partido debido a nuestras largas posesiones de balón. De un lado a otro y en movimiento continuo los cuatro. Todo bien. Ellos nos esperan en medio, cerrando el centro. Los entrenamientos causan el efecto positivo de buscar mucho más la salida por la banda. Pisamos para controlar, la cabeza alta, mirando siempre el carril lateral. Y así ganamos en profundidad. Pero no todo es tan bonito. Regalamos muchos balones fáciles haciendo pases débiles en el lateral, provocando excesivos contragolpes del rival.
Y la primera termina con el 2-1. Parece mentira. Por lo que estamos jugando deberíamos ir cuatro o cinco arriba. El mensaje al descanso es claro: matar el partido cuanto antes para terminar con cualquier esperanza rival de hacer algo. Y, por cierto, un detalle: bien los movimientos de estrategia, especialmente en los córners y en una falta que cerca estuvo de terminar en golazo.
Y vuelve a correr el balón. Más de lo mismo en la segunda. Hoy parecemos estancados, y no precisamente por no pelear. En los minutos finales el partido adquiere un tono bronco, provocado por las múltiples faltas realizadas por los del Anaita. Total: Álvaro V, uno de mis mejores hombres, con esguince. Tres semanas.
Nublado. Frío. Poca atmósfera de fútbol.
Unos minutos antes entramos para realizar los tiros de calentamiento y movimiento de balón.
Y arranca el partido. Pronto nos hacemos con el dominio del partido debido a nuestras largas posesiones de balón. De un lado a otro y en movimiento continuo los cuatro. Todo bien. Ellos nos esperan en medio, cerrando el centro. Los entrenamientos causan el efecto positivo de buscar mucho más la salida por la banda. Pisamos para controlar, la cabeza alta, mirando siempre el carril lateral. Y así ganamos en profundidad. Pero no todo es tan bonito. Regalamos muchos balones fáciles haciendo pases débiles en el lateral, provocando excesivos contragolpes del rival.
Y la primera termina con el 2-1. Parece mentira. Por lo que estamos jugando deberíamos ir cuatro o cinco arriba. El mensaje al descanso es claro: matar el partido cuanto antes para terminar con cualquier esperanza rival de hacer algo. Y, por cierto, un detalle: bien los movimientos de estrategia, especialmente en los córners y en una falta que cerca estuvo de terminar en golazo.
Y vuelve a correr el balón. Más de lo mismo en la segunda. Hoy parecemos estancados, y no precisamente por no pelear. En los minutos finales el partido adquiere un tono bronco, provocado por las múltiples faltas realizadas por los del Anaita. Total: Álvaro V, uno de mis mejores hombres, con esguince. Tres semanas.
9.V.08 salir por banda
Asistentes: Javi M, Fernando S, Miguel G, Enrique P, Pablo F, Álvaro V, Eugenio H, Álex I, Juan B, Iñigo B y Sikai Q.
Nos hacemos con el exterior cubierto tras pulso con los mayores, que terminan por entrenar en los mojados campos de fuera. Je, je... venían demasiado creciditos.
Carreras habituales y sentada en el área para hablar del partido de mañana. Anaitasuna en el cole.
Les pido que recuerden lo que nos costó romper su sistema defensivo la última vez, a pesar de haber terminado 0-5. Son grandes y fuertes. Pero mi mayor miedo es el exceso de confianza con el que podemos llegar nosotros. Les advierto. Juguemos contra el que juguemos, solo funcionamos si jugamos al máximo, como si fuese una final.
Y tras pedalear con otros asuntillos nos ponemos a trabajar con balón. Hoy he preparado unos ejercicios que sirven para practicar la salida por la banda. Primero lo hacemos sin defensa, luego con un defensa y después con dos. Nos cambiamos de banda para ensayarlo en ambas. Al final me pongo yo en la banda para que ellos salgan a sprint tras hacer la pared y le ganen la espalda al defensa.
Si hacemos éste ejercicio muchas veces terminarán por intentarlo sin miedo en los partidos. Es un movimiento que no les sale solo y quiero que vean lo ventajoso que resulta: Si el de abajo la juega con el de arriba y luego sale a sprint, el de arriba podrá echársela larga porque, el que sube, siempre le ganará la espalda al defensor. Y casi casi estamos pisando área.
Se ve.
Nos hacemos con el exterior cubierto tras pulso con los mayores, que terminan por entrenar en los mojados campos de fuera. Je, je... venían demasiado creciditos.
Carreras habituales y sentada en el área para hablar del partido de mañana. Anaitasuna en el cole.
Les pido que recuerden lo que nos costó romper su sistema defensivo la última vez, a pesar de haber terminado 0-5. Son grandes y fuertes. Pero mi mayor miedo es el exceso de confianza con el que podemos llegar nosotros. Les advierto. Juguemos contra el que juguemos, solo funcionamos si jugamos al máximo, como si fuese una final.
Y tras pedalear con otros asuntillos nos ponemos a trabajar con balón. Hoy he preparado unos ejercicios que sirven para practicar la salida por la banda. Primero lo hacemos sin defensa, luego con un defensa y después con dos. Nos cambiamos de banda para ensayarlo en ambas. Al final me pongo yo en la banda para que ellos salgan a sprint tras hacer la pared y le ganen la espalda al defensa.
Si hacemos éste ejercicio muchas veces terminarán por intentarlo sin miedo en los partidos. Es un movimiento que no les sale solo y quiero que vean lo ventajoso que resulta: Si el de abajo la juega con el de arriba y luego sale a sprint, el de arriba podrá echársela larga porque, el que sube, siempre le ganará la espalda al defensor. Y casi casi estamos pisando área.
Se ve.
6.V.08 "chut"
Asistentes: Javi M, Fernando S, Miguel G, Enrique P, Pablo F, Álvaro V, Eugenio H, Álex I, Juan B, Iñigo B y Sikai Q.
Día primaveral. Muchos niños correteando por todos lados y aroma a césped recién cortado.
Entrenamos en el exterior cubierto, fresquito.
Tras las carreras de rutina, alguna más por haber empezado tarde. Que si hay trofeo director, que si no está don Alberto, que si no hay entrenamiento... ¿Qué coño? Eso lo diré yo ¿no? Al fin y al cabo soy el que viene de la otra punta de Pamplona para entrenar.
Como contamos con dos balones hacemos toda la hora una sesión de tiros a puerta: desde el medio, desde más cerca, desde más lejos, desde una banda, desde la otra, con segundos palos, de volea...
La hora se pasa volando. Los chicos entrenan entusiasmados por disponer de tanto tiro a puerta. Se lo merecen. Es una forma de premiarles sin dejar de trabajar. Éstos ejercicios sirven realmente para que ellos mejoren. Cuanto más rato pasas con el balón, más te haces a su forma de funcionar, y más coordinas tus movimientos con los suyos. Parece una tontería, pero es así. Y luego las cosas salen con menos esfuerzo.
La diferencia entre los primeros tiros y los últimos fue notable. Y si no, que se lo pregunten al portero.
Entrenamos en el exterior cubierto, fresquito.
Tras las carreras de rutina, alguna más por haber empezado tarde. Que si hay trofeo director, que si no está don Alberto, que si no hay entrenamiento... ¿Qué coño? Eso lo diré yo ¿no? Al fin y al cabo soy el que viene de la otra punta de Pamplona para entrenar.
Como contamos con dos balones hacemos toda la hora una sesión de tiros a puerta: desde el medio, desde más cerca, desde más lejos, desde una banda, desde la otra, con segundos palos, de volea...
La hora se pasa volando. Los chicos entrenan entusiasmados por disponer de tanto tiro a puerta. Se lo merecen. Es una forma de premiarles sin dejar de trabajar. Éstos ejercicios sirven realmente para que ellos mejoren. Cuanto más rato pasas con el balón, más te haces a su forma de funcionar, y más coordinas tus movimientos con los suyos. Parece una tontería, pero es así. Y luego las cosas salen con menos esfuerzo.
La diferencia entre los primeros tiros y los últimos fue notable. Y si no, que se lo pregunten al portero.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)