27.XI.07 reflexión

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Iñigo H, Jaime O y Juan B, creo.

Hoy no voy a entrenar. Tengo que realizar un examen a las 14.00 en la Uni.
Me fastidia, sobre todo porque éste viernes es fiesta y tampoco entrenaremos. Así que de un partido a otro sin trabajar entre semana.
El rival del sábado tampoco me preocupa mucho, lo que sí es una pena es frenar ahora -cuando sólo la hemos visto una vez- con la rotación en rombo. Aunque visto desde otra perspectiva, estos tíos se merecen un descanso. Están trabajando bien y en dos meses han empezado a jugar algo. Lo que nos espera después de Navidades... eso es otra historia. A ver si llegamos con la maquinaria engrasada. Por lo que se ve en el resto de grupos, hay por ahí auténticas apisonadoras con las que, antes o después, tendremos que medirnos.

ANAITASUNA 0-5 REDÍN

Sábado, 24 de noviembre.
13:00, Polideportivo Anaitasuna
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Calentamos en algo parecido a una pista de squash.
El de hoy es un partido importante. El mensaje previo va por la línea de que parecemos excesivamente confiados. Jugamos a ponernos en la piel del rival y deducimos que van a ir a muerte.
Les dejo unos minutos en la grada superior con la idea de que se metan mentalmente en el partido. Yo aprovecho para salir a fumarme un cigarrillo... Me encantan éstos momentos de calma antes de la tormenta. Saco -primero uno, después otro- a dos de mis centrales, dos tíos a los que necesito seguros, tranquilos, a gusto; y que parecen jugar con una presión excesiva.
Entramos al Poli, otro verde moco estilo Ezcaba (huy...).
Nos centramos y tocamos, tocamos y tocamos. Y seguimos tocando. Ellos nos esperan atrás, firmes, sin morder. Pues nada, hay que intentarlo. La rotación sale tan clara y fácil que es como si nos olvidásemos de algo importante. Necesitamos profundidad. Hay que meter un gol pronto. Entonces tendrán que salir, no les queda otra. Ellos son grandes y fuertes. El árbitro les ayuda más que el propio entrenador. Joder...
Tardamos 15 minutos en meter el primero. Y al poco golpeamos con el segundo. Es perfecto. Ésto está hecho. Nos vamos al descanso dos arriba. El mensaje es claro: ahora les esperaremos nosotros. No tienen más remedio que ir a por el partido. Y seguimos tocando. Ellos muerden un poco más pero no lo tienen tan fácil. El tercero cae en una contra.
A falta de 8 minutos tiempo muerto. Ni de coña vamos a dejarles soñar con el empate. Movemos ficha. Golpe de timón definitivo -espero- y salimos a presionarles al milímetro. Les clavamos los dos últimos, y dejamos a un equipo de rodillas en su propia casa.
Hemos sabido jugar los tiempos, rompiendo los suyos. Ésto sienta bien, y es toda una muestra de notable mejoría: del 4-3 de hace un mes al rotundo 0-5 de hoy. Bonito baile.
Y primer partido imbatidos.
Hoy he empezado a creer.

23.XI.07 la rotación en rombo

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Iñigo H, Jaime O y Juan B.

Es la primera vez que entrenamos en la pista exterior cubierta del cole. Polvo y poca luz.
Empezamos a correr. Están especialmente tensos, se ríen, se persiguen... Hacía tiempo que no estaban los 15 del equipo. Un alto, dos gritos y volvemos a empezar.
Hacemos las líneas dos veces y les explico cómo se rota en rombo. Éste va a ser nuestro siguente paso, un paso de gigante que nos permitirá elegir nuestra forma de jugar en función del dibujo táctico del rival. No va a ser fácil pero merece la pena intentarlo si queremos mandar en los partidos. Tenemos que saber rotar en rombo a la perfección, sin olvidarnos de rotar en cuadrado con la misma exactitud. Nos ponemos manos a la obra.
Se pierden un poco pero no tardan en coger el movimiento. Bueno, algo sí, ya que estamos media hora hasta que sus idas y venidas por el campo se parecen un poco a lo deseado. Y como la buena letra con sangre entra seguiremos ensayándola hasta clavarla.
Para terminar hacemos un partido. Rotación en cuadrado y defensa en linea central. Muy interesantes las salidas por banda para montar el tres para dos.
Y antes de irnos los siento en el círculo central para hablar del partido contra Anaitasuna. Ojo, dejando la clasificación a un lado, se trata de unos tíos que estuvieron muy cerca de darnos un disgusto -4 a 3 in extremis- y que saldrán creyendo que haciendo un poco más y jugando como locales serán capaces de ganarnos.
Reparto las convocatorias y una fotocopia a cada uno con la clasificación al término de la primera vuelta. Es una forma gráfica de meter a los chicos en el proyecto.

20.XI.07 líderes en solitario

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Iñigo H y Juan B.

Llueve. Entrenamos dentro, con los mayores, y... ésta vez soy yo el que llega tarde.
Les hago correr un poco menos de lo habitual.
Analizamos el partido del sábado y les transmito la idea de que estoy contento. Jugada la primera vuelta somos los líderes del grupo, no hemos perdido ningún partido y somos los que menos goles han encajado. Además nuestra mejoría es notable: rotamos mejor, a gusto -no todos, todavía-, tenemos -por lo general- la posesión del balón y está visto que podemos defender en el medio del campo. Y vemos lo que queda: los tres partidos más asequibles antes del parón navideño. Pasadas las Navidades las dos finales. Tenemos que comernos el turrón con los deberes hechos.
Después hacemos el ejercicio de la rotación. Más tarde unas tandas del tres para dos y, por último, el ejercicio de los tiros al segundo palo o al punto de penalti. Y poco más.
Estoy pensando si enseñárles ya a rotar en rombo. Sería bestial poder rotarles en cuadrado a los que nos defiendan en rombo (Irati), y en rombo a los que nos defiendan en cuadrado (San Juan).


El trabajo hace que todo quede bien.

IRATI 4-10 REDÍN

Sábado, 17 de noviembre.
10:00, Polideportivo Ezkaba.
Hoy he soñado que ganábamos éste partido 1-3.
A las 9:15 estamos los primeros. Les doy un balón y salgo a fumar un cigarrillo. Mañana fría.
Vienen a mi memoria todos los partidos que me ha tocado perder en éste campo. Es mi campo maldito. No recuerdo un solo resultado positivo: el año pasado, entrenando a los mayores, perdimos 4-1 contra Orvina en la liguilla. Poco después perdimos las semifinales de Copa contra el Xota 5-0. Hace 7 años, entrenando a 3º ESO perdimos 7-5... Éste jodido campo -verde como el moco- me ha perseguido durante años.
Calentamos con tiempo de sobra. A falta de 5 minutos nos recogemos en el vestuario. Una consigna: "Somos mejores que ellos y no lo saben". Juguemos como sabemos.
Salimos hambrientos. Como viene siendo habitual -y ésta vez contra todo pronóstico- la presión inicial nos pone tres arriba. No me lo creo. Aunque la idea era meter antes y defender en medio, impulsado por el brillante comienzo les pido que sigan presionando arriba. Los de Irati están desconcertados. Hemos aprendido a rotar. "Nos están mareando", decía alguno de sus delanteros en zona muerta -ésa que se crea cuando, por la rotación, ni presionas ni esperas-. Me encanta. Aun así, 4-3 al descanso, y dos postes.
Recordamos la lección del sábado pasado: "en ningún momento pueden creerse capaces de ganarnos". Una clave: "vamos perdiendo de uno". Así seremos nosotros los que llevemos el ritmo del partido, hasta quedarnos tres arriba. Y lo bordamos. Metemos dos pronto y nos dedicamos a esperar en el medio. Nos curamos en salud para defender y montamos el contragolpe mucho más frescos. En la segunda hacemos un parcial de 1 a 6, cerrando el partido con el 4-10.
Ésto lo celebro. Ezcaba ha doblado la rodilla.

16.XI.07 repaso previo

Asistentes: Álex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Santi G, Jaime O y Álvaro V.

Entrenamos en el Poli, a media pista -como siempre- con los mayores. Abronco a tres por llegar tarde.
Tras las carreras de rutina un par de líneas. Y tras las líneas los siento en portería. Hablamos del partido de mañana, sin duda alguna toda una final. Uno se me despista y le comenta algo a otro. Es justo lo que necesitaba. "A ver, tú, ¿qué es lo último que he dicho?". "Eh...". "Muy bien, todos en fila otra vez, ¡líneas!".
Tras las líneas volvemos a sentarnos. Y ahora sí que nos vamos metiendo en el partido contra Irati. Va a ser un partido difícil. Puede que por primera vez nos toque jugar un partido perdiendo, y hay que saber ganarlo. Puede que por primera vez tengamos que saber defender en el medio del campo, y hay que hacerlo con garantías. Pero el mensaje es el mismo. Lo que tenemos que hacer ya sabemos hacerlo, nuestro principal enemigo es la presión, el miedo, la falta de confianza. Eso es lo que nos hace dudar, hacer un pase inseguro, no pensar rápido... Eso es lo que nos convierte en jugadores vulnerables, excesivamente previsibles.
Repasamos los pilares básicos de nuestro juego, las jugadas de estrategia, los movimientos. Les pregunto y ellos responden. Todo bien. Mañana terminaremos de desgranar detalles.
Y nos ponemos a trabajar. Primero el ejercicio del tres para dos. Después tanda de tiros al segundo palo. Y, por último, la rotación defendida. Cuatro atacan y cuatro defienden. Me encanta que practiquen la rotación así, con defensas de verdad a los que hay que desmontar.
Lo consiguen. Pocas veces pero lo consiguen.
Y hasta mañana a las 9:15.

13.XI.07 jugar para ganar

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Santi G, Jaime O y Álvaro V.

No sé si nos toca Poli o no, pero prefiero entrenar fuera. Entre otras cosas porque así tenemos la pista entera para nosotros, y porque intuyo que hoy me va a tocar gritar.
La verdad es que ha llegado el momento. Corren más de la cuenta. Luego hacen líneas. Como les cuesta hacer las cosas bien -y me sienta peor por el hecho de haber dejado marchar los dos primeros puntos de la temporada- incluyo alguna que otra flexión en el ejercicio de las líneas. Luego hacen otro ejercicio físico que va de saltar una y otra vez, de un lado a otro. Sé que es agotador. Después, un último ejercicio físico que es todavía peor. Lo llamo "cuclillas".
Tras casi media hora de físico los siento en el área.
Analizamos el empate del otro día. Les pido que, aún tratándose de algo real, dejen de lado el hecho de ser los pequeños en la categoría. No quiero que esta sea nuestra excusa para irnos de vacío éste año. Y por eso les hablo de los intangibles del fútbol: la actitud, el compromiso, saber llevar el ritmo del partido, la unidad, jugar para ganar...
Y ésto me pareció interesante. Jugar para ganar. Éste es el sentido de empezar presionando lo más arriba posible desde el primer segundo: hay que meterse antes que el rival en el partido. Y también es el sentido de rotar a la perfección: tenemos que saber tocar y tocar, esconder el balón, de forma que en finales como el del otro día el rival nunca llegue a creer que nos puede empatar. Y éste es también el sentido de dominar la estrategia -en los córners, los saques de banda, las faltas, los saques de puerta...-: por muy grandes o mayores que sean los rivales, tenemos que saber realizar movimientos tan exactos y precisos, tan concretos, que resulten imposibles de desactivar, y que rompan partidos igualadísimos. Y tantas otras cosas... no ir corriendo a por un balón si vamos ganando, saber quemar los segundos en los saques, presionar al árbitro desde el minuto uno, sacar al rival del partido, hacer la falta precisa con cara de ángel, robar y saber decidir en un segundo si meter una marcha o quitarla...
Eso es oficio. Eso es jugar para ganar, aunque pueda resultar menos vistoso. Y se lo dejé bien claro, el juego bonito sin resultados no sirve para nada. Eso sí, es uno de los caminos más atractivos para conseguirlos. ¿Llegarán a pillarlo algún día? (...). Ilusión.
Lo que pase éste sábado -jugamos contra Irati en su campo- me dará alguna pista, eso seguro.

REDÍN 4-4 SAN JUAN

Sábado, 10 de noviembre.
11:00, Colegio El Redín.
Son las 10:30. Empezamos a correr en la pista exterior. La tensión es palpable.
Calentamientos habituales, ejercicios habituales. A menos cinco los siento en las escaleras exteriores, cara al Poli, en el que vamos a meternos a librar batalla. Jugamos en casa y tenemos que hacerlo con orgullo. Hay una cosa que no me gusta y es que parecen excesivamente nerviosos. Intento hacerles ver que por muy grandes que parezcan los de San Juan -cruzamos miradas cuando entran al Poli- lo único que tenemos que hacer ya sabemos hacerlo, y que, lo que sí es cierto es que tendremos que hacelo mejor, más rápido, corriendo un riesgo mayor.
Arranca el partido. La agónica presión pronto nos da el primer gol: robo en su área y para adentro. Poco después el segundo. Ellos tienen dos ocasiones. Parecen aturdidos y, aun así, el partido no tiene un dueño claro. Nos vamos al descanso dos arriba. Sinceramente, no me creo lo que veo. La portería a cero y dos arriba. Ha sido una demostración de eficacia, producida únicamente por empujar más que ellos y tener más suerte atrás.
Salimos y lo hablamos. A ellos les interesa un partido de ida y vuelta, alocado, en el que no tengamos posesiones largas. Tenemos que saber llevar el ritmo. Robar, frenar, tocar atrás y esconder el balón.
Arranca la segunda y al poco metemos el tercero, empujado en el segundo palo. ¡Increíble! Pero... demasiado bonito para ser cierto. Nos meten y metemos. 4-1. Pero ellos ya van a por todas. Es entonces cuando nos derrumbamos. Nos presionan muy arriba, no salimos cómodos de puerta, erramos muchos pases fáciles. 4-2. No puedo parar el partido porque ya he quemado mis dos cartuchos para dar instrucciones. ¡Qué impotencia! Estamos asustados, apabullados, bloqueados. Meto a unos, quito a otros, pero sin resultado. ¡4-3!. Somos un barco a la deriva en un mar demasiado revuelto.
Y nos empatan. ¡Qué dolor!¡Lo teníamos todo y nos hemos quedado con menos de la mitad!
No lo he hecho nunca pero al final del partido me los cojo en un aparte y... les felicito. Somos los enanos de la categoría, hemos jugado de tú a tú con unos morlacos considerables y seguimos sin conocer la derrota. Al mismo tiempo les explico que de todas formas éstos partidos hay que aprender a ganarlos, y que lo que nos ha faltado hoy es oficio, mentalidad ganadora, algo que no se aprende entrenando, sino jugando éste tipo de partidos.
Y así, espero que éste triste empate se convierta en una lección de oro.

9.XI.07 empujarla a placer

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Santi G, Álvaro R, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q y Jaime O.

Empezamos puntuales, en el Poli.
Parece que Juan B ha sido castigado y no entrena. Iñigo H... nadie sabe nada.
A correr, de banda a banda, y luego líneas. Dos veces. Y empezamos directamente a trabajar. Primero -como siempre- a rotar. Veo que cada vez lo hacen mejor, más cómodos, y me alegro. Tengo que conseguir que el equipo funcione como una máquina, capaz de estar moviendo el balón con sentido todo un partido. Todas las piezas tienen que engrasar a la perfección -y ésto es lo realmente difícil-, sin que la entrada de uno deforme el resultado. Eso sí, les explico -y no es la primera vez- que la rotación es un movimiento de base, a partir del cual hay que saber crear. Lo que está claro es que no podemos permanecer estáticos y tener que inventar de cero cada jugada. En movimiento todo es más fácil, porque el ir de aquí para allí moviendo el balón de un lado para otro es una continua generación de posibilidades. Y todo está dirigido a conseguir un ataque en superioridad.
Por eso, tras 15 minutos de rotación continua, nos ponemos a practicar el tres para dos. Lo hacen mejor que el otro día y al final el número de goles es elevado. Se conduce por el centro, las bandas ganan la línea de fondo, el balón entre los defensas -como norma general- y gol. Me gusta que aprendan a empujar el balón a placer, porque significa entrar hasta la cocina, burlando sin piedad el sistema defensivo del rival.
Y, por eso, luego hacemos el ejercicio de tirar al segundo palo. Uno sale de una banda y tira cruzado, de forma que el de la otra banda llega para empujarla o para matar un posible rechace.
Por último explico nuestra forma de salir de puerta en caso de que nos presionen: en cuadrado, los dos de abajo salen a sprint pegados a banda, los dos de arriba bajan intentando obstaculizar al los que cubren a los que suben. El portero buscará la mejor espalda de la defensa. Es sencilla, directa y vertical. La practicamos y la cogen pronto, creo. Habrá que verla en vivo.
Y mañana el primer "coco" del grupo. Me guardo el sermón para los minutos previos.

6.XI.07 que vienen los "cocos"

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q, Iñigo H y Juan B.

Nos vuelve a tocar Poli, compartiendo la cancha con los de dos años más.
Empezamos tarde, demasiado tarde, porque nadie se presenta con llaves para abrir. Hablaré de ésto con dAlberto.
Tras las carreras habituales las líneas habituales, y tras las líneas los siento en la portería como viene siendo habitual. Recuperan el aliento. Empezamos por analizar el partido del sábado. Les felicito, pero le quito hierro a la cosa haciéndoles ver que hemos jugado contra el colista y en casa. Cosas a mejorar: los córners y los saques de banda en campo contrario. Lo veremos.
Luego analizamos la situación actual del grupo. Vamos primeros empatados a puntos con Irati. Estamos en un grupo con otros cinco y se puede decir que hemos jugado contra los tres peores. Ahora es cuando llega lo importante. San Juan el sábado -sólo han perdido contra Irati- e Irati el sábado próximo.
Tras darle dos vueltas al partido del sábado nos ponemos a rotar. Dos toques, pisar-pasar, raso y fuerte. Ésto es un taller. La maquinaria comienza a funcionar.
15 minutos después partido en una portería. ¡Qué desastre!¡Cómo se me pudo ocurrir semejante idea!¡Quién me iba a decir a mí que éstos enanos fuesen tan faltos de visión espacial! Cuatro atacan desde el medio del campo, otros cuatro defienden la portería. Cuando se roba el balón se llega hasta el medio del campo para pasar a atacar, y los otros a defender. Todo muy lógico ¿no?
Fue imposible. Tuve que parar tres o cuatro veces para recomponer la cosa, atónito y atacado por una risa tonta, fruto de su bloqueo mental.
Y hasta otro día.

REDÍN 16-1 ASKATASUNA

Sábado, 3 de noviembre.
11:00, Colegio El Redín.
A las 10:30 estamos corriendo en la pista exterior. Mañana fría, despejada.
Jugamos contra los últimos. Realizamos los calentamientos habituales, despacio, metiéndonos poco a poco en el partido.
Antes de entrar los siento, y les transmito mi intranquilidad por tratarse éste de un partido trampa. Tenemos que salir a jugar una final, aunque el rival no esté a la altura. El nivel de exigencia nos lo marcamos nosotros y no ellos.
Y arranca el partido.
La primera parte es preciosa. La presión al hombre asusta al rival, que nos cede la posesión desde el minuto uno. Movemos el balón de un lado a otro, sin prisas, exagerando la rotación. Los del Askatasuna muy pronto se convierten en un aperitivo balsámico, cocinado a fuego lento. Ante nuestra forma de jugar se sienten totalmente desprotegidos y no saben si salir o esperar. Y esa -la indecisión del rival- es nuestra mejor arma. 6-0 al descanso.
Salimos del Poli para hablar de la primera. Hay que seguir igual, exagerando la rotación, sin cansarse de ella. A mejorar: las jugadas a balón parado y los tiros desde lejos.
Comienza la segunda, pero ya sin rival. Deciden esperar atrás, muy atrás, mientras nosotros nos movemos entre sus líneas, como flechas que acarician el corazón de un equipo que suplica piedad. Son un juguete roto, arrodillado al ver que la mayoría de nuestros goles son balones empujados plácidamente en el segundo palo sin oposición alguna. Y se llevan un parcial de 10 a 1. Su gol es un regalo nuestro. Un pase en horizontal, en la línea de atrás, demasiado ingenuo. Qué dolor.
El partido ha servido para que los chicos ganen confianza en el sistema. Necesitaban una victoria así, que les de seguridad. Aunque no podemos dejar de lado que todo ha sido a costa del colista.
Será interesante ver lo que ocurrirá el sábado próximo, en casa, ante un San Juan que sólo ha perdido un partido. Será el primer rival de envergadura. Lo prepararemos a conciencia.