IRATI 4-10 REDÍN

Sábado, 17 de noviembre.
10:00, Polideportivo Ezkaba.
Hoy he soñado que ganábamos éste partido 1-3.
A las 9:15 estamos los primeros. Les doy un balón y salgo a fumar un cigarrillo. Mañana fría.
Vienen a mi memoria todos los partidos que me ha tocado perder en éste campo. Es mi campo maldito. No recuerdo un solo resultado positivo: el año pasado, entrenando a los mayores, perdimos 4-1 contra Orvina en la liguilla. Poco después perdimos las semifinales de Copa contra el Xota 5-0. Hace 7 años, entrenando a 3º ESO perdimos 7-5... Éste jodido campo -verde como el moco- me ha perseguido durante años.
Calentamos con tiempo de sobra. A falta de 5 minutos nos recogemos en el vestuario. Una consigna: "Somos mejores que ellos y no lo saben". Juguemos como sabemos.
Salimos hambrientos. Como viene siendo habitual -y ésta vez contra todo pronóstico- la presión inicial nos pone tres arriba. No me lo creo. Aunque la idea era meter antes y defender en medio, impulsado por el brillante comienzo les pido que sigan presionando arriba. Los de Irati están desconcertados. Hemos aprendido a rotar. "Nos están mareando", decía alguno de sus delanteros en zona muerta -ésa que se crea cuando, por la rotación, ni presionas ni esperas-. Me encanta. Aun así, 4-3 al descanso, y dos postes.
Recordamos la lección del sábado pasado: "en ningún momento pueden creerse capaces de ganarnos". Una clave: "vamos perdiendo de uno". Así seremos nosotros los que llevemos el ritmo del partido, hasta quedarnos tres arriba. Y lo bordamos. Metemos dos pronto y nos dedicamos a esperar en el medio. Nos curamos en salud para defender y montamos el contragolpe mucho más frescos. En la segunda hacemos un parcial de 1 a 6, cerrando el partido con el 4-10.
Ésto lo celebro. Ezcaba ha doblado la rodilla.

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