Sábado, 8 de marzo.
11:00, Polideportivo de El Redín.
Comienza la segunda vuelta. Volvemos a vernos las caras con los orkos de Leitza, pero ésta vez en casa y con la única baja de Peter -como en la ida-.
Creo que los chicos realmente se creen capaces de conseguirlo, y me alegro por ello. Es el primer paso para realizarlo.
11:00, Polideportivo de El Redín.
Comienza la segunda vuelta. Volvemos a vernos las caras con los orkos de Leitza, pero ésta vez en casa y con la única baja de Peter -como en la ida-.
Creo que los chicos realmente se creen capaces de conseguirlo, y me alegro por ello. Es el primer paso para realizarlo.
Una primera parte trepidante termina con empate a dos. Primero nos adelantamos nosotros. Fuertes en defensa, recurrimos a la falta táctica para frenar sus múltiples embestidas, claro síntoma de estar jugando en serio. Todo el juego del Aurrerá pasa por los pies del número dos, un personaje ultradesarrollado físicamente que nos mete en apuros tirando desde su propio campo. Nos meten dos. Y a falta de dos minutos expulsan al capi por doble amarilla. Es el precio de la falta táctica, y el resultado del juego sucio de los de Aurrerá, que no cesan de golpear y agarrar cuando el balón está en otro lado. Los últimos dos minutos los jugamos con uno menos y metemos un gol a falta de treinta segundos. ¡Si!¡Ya está!Ésto es lo que necesitaba. Luz, por fin, al final del túnel.
Salimos al descanso crecidos y el árbitro nos informa de que tendremos que jugar la segunda sin Javi.
Cogemos aire, fuerzas, y sorbemos un poco de espíritu ganador.
Los del Aurrerá se ponen dos arriba -entramos con una marcha menos- y pronto acortamos la distancia a uno. Al poco otra pájara colectiva y nos quedamos con el 3-6. Ocho minutos por delante y tiempo muerto.
¡Venga chavales, un arreón final!¡Estamos cerca!
Metemos el cuarto. Y luego el quinto. Apretamos y apretamos. El ritmo es altísmo. Un espontáneo toca el crono a falta de cinco minutos. Tensión. Y seguimos apretando. Una última contra la cruza Euge en exceso en lo que olía al empate cuasi-definitivo.
Una falta a favor, cerca de su área, cuando quedan 25 segundos lleva a otro espontáneo a parar el crono. Y los del Aurrerá explotan ante la impotencia de un árbitro perplejo. El árbitro da por finalizado el partido cuando quedan siete segundos. Es lo justo.
Partidazo.
1 comentario:
Está bien lo del espontáneo......digo lo de llamarle espontáneo (¡ojo¡).
De todas formas hubo mucho "pose" en los del aurrerá. Mucho teatrillo......
Yo sólo ví los últimos diez minutos y sólo ver a la pareja de leitzarras que tienen como entrenadores estos chavales y chavalas era un espectáculo (Gritos y/o berridos extemporáneos - rima con espontáneo-, patadas a la vallica perimetral, aspavientos continuos....) ¡Ni que se jugasen el Herri Kirolaren Alde¡. No me los quiero imaginar de seleccionadores del Euskadi-sala team.
Recordar en este punto que en Leitza pusieron cara de niños buenos colocando al amigo que venía con resaca del gaztetxe para arbitrar. Y que el amigo hizo de lo que era, de amigo pasando de pitar nada de nada (indecente el juego sucio de los mutikos de Leitza cuando ganaban sobraos).
Mucha pose (excesiva) y algo de mala educación.
Observación: Solo estuve los últimos diez minutos.
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