DESDE EL EXILIO (III)

LO QUE VENDRÁ DESPUÉS
A ésta liguilla inicial le quedan dos jornadas, la nueve y la diez. Ahí se acaba todo.
Después... después llega lo realmente bueno, lo importante.
Existen cuatro grupos, el A, el B, el C y el D. Nuestro grupo es el B. Una vez terminada la liguilla inicial se configuran nuevos grupos. Los primeros de los cuatro grupos forman uno. Los segundos otro y así sucesivamente. Todavía no sé si en el grupo de los primeros entrará también el mejor segundo, aunque tampoco quiero que me interese. Hay ida y vuelta y al final el primero del grupo de los primeros es campeón de Navarra, aunque algún año se ha jugado el campeonato a partido único entre el primero y el segundo. Pero bueno.
El caso es que tenemos que meternos como sea en ese grupo de primeros.
¿A quién nos encontraríamos allí? A auténticas apisonadoras. Echando un vistazo al resto de los grupos se ve que nosotros somos los peores líderes. Grupo A: Redín A (los mayores) 6 jugados, todos ganados, 66 goles a favor y 7 en contra. Grupo C: CD Funes, 8 jugados, todos ganados, 76 goles a favor y 12 en contra. Grupo D: Irabia, 6 jugados, todos ganados, 75 goles a favor y 7 en contra. ¡Vaya números!
Me tranquiliza pensar que nuestro grupo es el más reñido -espero- y ver que puede que seamos los únicos líderes menores de la categoría. Sería bonito pelearse con tanto grande ¿no?
Seguiremos trabajando.

DESDE EL EXILIO (II)

BREVE BALANCE
El año se acaba. Buen momento para hacer balance.
Llevamos tres meses de entrenamientos. ¿Han servido para algo? Quiero decir, ¿sin todas esas cosas que hemos visto semana tras semana, de martes a viernes y de viernes a martes -con examen el sábado-, el equipo sería el mismo?
Sólo se trata de chavales de 11 años. ¿Hay realmente un avance en alguna dirección?
Para saberlo necesitaría ver a éste mismo equipo sin haber visto lo visto. Imposible.
Otra forma de saberlo es comparar los partidos de ida con los de vuelta. Éste análisis arroja una notable mejoría: del 4-3 al 0-5 contra Anaitasuna, del 1-4 al 14-2 contra Teresiano. Y contra Askatasuna... el mal partido de vuelta podemos achacárselo a todo lo que fue el entorno del partido. Bien, reconozco cierta mejoría.
Pero lo que a mí más me preocupa es: ¿está el equipo creciendo en la dirección adecuada para llegar a algo grande? Es decir, ¿a algo por lo que nadie apostaba a principio de temporada? Después de todo, siendo los menores de la categoría de Infantil, mucho haría falta trabajar para, por ejemplo, quedar campeones de Navarra. Eso es algo que no se consigue así por así, ni siquiera por el hecho de ser los mayores.

DESDE EL EXILIO

LO QUE VIENE
Pues sí. Aprovechando el parón navideño me he cogido unos días libres junto al Pirineo. Y hasta el año que viene. La cosa queda tal que así: dos partidos, primero en San Juan y luego contra Irati, segundos y terceros, a 3 y 4 puntos respectivamente. Aquí nos lo jugamos todo.
Si perdemos en San Juan ya no seremos primeros, eso seguro. Nos empatarían a puntos y el hecho de haber empatado la ida les pondría a ellos primeros para siempre.
Si empatamos mantendríamos la diferencia de tres puntos con ellos. Irati gana su partido -eso lo tengo clarito- y se pondría segundo, a dos de nosotros, quedando un último partido: Redín vs Irati.
Si ganamos en San Juan la cosa estaría hecha. A falta de un partido 4 puntos de diferencia con el segundo -Irati- y 6 con el tercero -San Juan-.
Empatando los dos partidos, primero con San Juan y luego con Irati, también terminaríamos primeros. Pero, siendo realistas... el empate no es fácil en el fútbol sala.
Hay que ganar en San Juan. Conclusión definitiva.

ASKATASUNA 2-10 REDÍN

Sábado, 15 de diciembre.
10:00, Askatasuna Ermitaberri.
Donde Judas perdió el mechero. Ahí, ahí es donde juegan los del Askatasuna. Un campo exterior, mitad cubierto mitad descubierto en las tripas mismas del barrio de Burlada. Frío polar (sin nubes), pancartas en euskera, una mesa con servicio de megafonía para cantar las alineaciones -música durante el partido, toda ella en euskera- y un puestecillo de txistorra y otros comestibles.
¡Holaquetál! Pues aquí estamos -media hora tarde y mal abrigado-.
Calentamos mal y con un mal balón. Y ésto echa a rodar. El último partido del año, el último antes de los dos puertos que hay a la vuelta de las vacaciones. Y da la impresión de que esto más que un partido es una fiesta de disfraces. Olorcillo a fritanga, melodía celta y temperatura siberiana. ¡Vaya mezcla!
El partido... La primera... Congelados. Movemos el balón, no entramos, les facilitamos dos contragolpes y nunca tiramos desde fuera. 1-3 al descanso.
Nos metemos en el vestuario -más por el calor que por otra cosa- y analizamos la situación. Esto es una mierda, está claro. Lo que no puede ser es que el entorno condicione nuestra forma de jugar. Hay que ir a por todas siempre, meter la pata siempre y correr siempre.
Total, aceleramos en la segunda -sobre todo cuando nos meten el 2-4- y alocamos el partido. 3 puntos más y a casa.
Qué bien me va a venir el parón...

14.XII.07 último entrenamiento

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Sikai Q, Iñigo H, Jaime O y Juan B.

Pista exterior. Último entrenamiento del año para preparar el último partido del año, contra el último del grupo.
Carreras habituales y a trabajar.
Primero la rotación en rombo. Les cuesta, y me cuesta entender el porqué. Otros años empezaba a rotar en rombo porque los movimientos son más sencillos -creo- y luego pasábamos a practicar el cuadrado. Éste año he cambiado porque el cuadrado es más equilibrado, un sistema más seguro al que poder agarrarse durante el proceso de definición de nuestra forma de jugar. Cuando el cuadrado ya nos define como un equipo seguro -somos los que menos goles hemos encajado y nunca se nos han adelantado en el marcador-, entonces y solo entonces -y parece que va llegando el momento-, con la espalda bien cubierta, podremos jugar a deshacer el cuadrado para lograr un mayor golpeo arriba.
Pero... ¿cual es nuestro problema ahora? Todo apunta a que terminaremos creando una tercera forma de rotación jamás inventada. Los movimientos para el cuadrado y los del rombo se mezclan en un terrible ir y venir sin sentido, en un caos absoluto, en una danza patética de recibida al rival.
Paciencia... El tiempo, y el trabajo, pondrán las cosas en su sitio. Espero...
Ya retomaremos a la vuelta de las Navidades.

11.XII.07 control táctico

Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Sikai Q y Juan B.

Exterior descubierto. Frío y charcos.
Miguel G, con el brazo escayolado, en banda, sin entrenar. Faltan los dos de siempre.
A y diez todos pisando la línea. Cinco minutos después llegan los dos últimos, andando y con las manos en los bolsillos. ¡Psché! Como si nada. Me contengo y no los mando de vuelta a la ducha, aunque lo haría de buena gana. Eso sí, corremos el doble. Tras las líneas -las repiten dos o tres veces porque parecen haberse olvidado de correr- los siento en el círculo central y les someto a un breve examen: ¿cómo salimos cuando nos presionan?¿cómo sacamos de banda en campo contrario?¿y en el nuestro? ¿Cómo es la jugada de falta?¿y la de córner? Y así con toda nuetra filosofía. Uno falla al responder. Todos en pie y a hacer líneas. A éstas alturas o empezamos a jugar ya de memoria o no lo haremos nunca. Táctica y técnica tienen que ir de la mano.
Por suerte -para ellos- no falla nadie nada más.
Jugamos un partido para poner en práctica todo. Primero un equipo se mueve en rombo y luego el otro. Verde, verde... El rombo habrá que trabajarlo más. Las bandas salen mejor. Voy parando el partido para hacer todas las indicaciones pertinenentes.
Hoy hemos trabajado bien.

4.XII.07 mentalidad obrera

Asistentes: Javi M, Iñigo B, Álvaro V, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Miguel G, Sikai Q y Juan B.

Pista exterior cubierta del cole. Polvo y poca luz, otra vez.
Hoy estamos en cuadro. ¡Ni que se hayan ido con la selección! Euge está de puente, Alex alega un mal de garganta, Iñigo, Jaime y Álvaro desaparecidos y Santi en banda, de uniforme. Empiezo a ver cosas realmente interesantes: entrenamiento sin partido en sábado y con puente. Y aquí salen nueve.
Carreras habituales y sentada en la portería. Es imposible pasar por alto el hecho de irnos al descanso con un 4 a 2 sobre un equipo al que luego les metemos un 10-0. Les pido que reflexionen y que me den alguna explicación. Exceso de confianza, falta de motivación... Sin profundizar mucho les dejo claro que se trata de algo inconcebible. Lo nuestro es cuestión de trabajo, y lo demás son tonterías. Solo trabajar las cosas una y otra vez nos acercará a la perfección. En ese sentido tenemos que sentirnos "obreros". Nuestra forma de jugar es fruto de un trabajo previo, y no un capricho de la suerte, del rival o de la motivación. Somos la clase obrera del sala.
Trabajamos la rotación en cuadrado y después la rotación en rombo. Suena la melodía del taller: pisar, pasar y correr; pisar, pasar y correr... El resultado cada vez es más armónico.
Practicamos los saques de banda, en nuestro campo y en el contrario, tras explicar el sentido de cada movimiento. No hacen preguntas.
Tiros al segundo palo y rondo con dos en medio y dos toques, que cierra un interesante entrenamiento.

REDÍN 14-2 TERESIANO

Sábado, 1 de diciembre.
11:00, Colegio El Redín
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Vuelve por fín la competición a casa. Toca medirse al Teresiano, un equipo pobre, pero de jugadores grandes y fuertes. Ya sabemos que San Juan le endosó un severo 2-9 a Irati el miércoles pasado, en partido adelantado de éste sábado, lo que nos confirma que San Juan es nuestro auténtico rival directo.
Hoy toca otra historia, la de jugarle bien a un equipo flojucho, de los que parece que sobran en nuestro camino hacia partidos como el de San Juan o Irati, ambos tras el parón invernal. Hoy no acompaña la motivación, lo que hace que no acompañen las fuerzas necesarias para correr ese "poco más" que luego marca realmente las diferencias. Así salen luego los partidos feos, los que se ganan de forma gris porque sólo se ha hecho el esfuerzo justo, porque no importa cuántos goles nos metan mientras nosotros metamos más, porque ¿para qué meter la pierna en ésta jugada tonta si tampoco cambia tanto la cosa? Ganamos ¿no?. Es el cáncer del fútbol.
Y así fue la primera parte. Los tres goles iniciales como viene siendo habitual y... dejadez. 4-2 al descanso.
Salgo cabreado. Está siendo bochornoso.
Y aquí, al mirarlos cabizbajos, vuelvo a encontrarme con un viejo fantasma: ¿merece la pena motivarles? Sé que puedo, sé que funciona. Conozco las palabras pero... peligrosa espiral. Antes o después nos acostumbraremos a la motivación y dejará de hacer efecto. Necesitaremos dosis mayores, nuevos discursos para cada partido, y eso es algo insostenible. Por éste camino ganaremos a los grandes en partidos épicos pero nos atragantaremos contra los equipos medios -la imensa mayoría-, y nunca jugaremos esas finales con las que soñamos. La motivación es pan para hoy y hambre para mañana. Tiene que haber otra solución.
Hoy ponemos el parche de la motivación y funciona: salimos enchufados, les clavamos un 10-0 en la segunda y nos vamos a casa con el 14-2.
Bah... Lo que realmente me anima a seguir trabajando es ésto: construír un equipo que no dependa de la motivación, un equipo trabajador, frío, constante y cerebral. Un equipo... ganador, al fin y al cabo.