Asistentes: Alex I, Eugenio H, Javi M, Iñigo B, Álvaro R, Álvaro V, Santi G, Enrique P, Pablo F, Fernando S, Sikai Q, Iñigo H, Jaime O y Juan B.
Pista exterior. Último entrenamiento del año para preparar el último partido del año, contra el último del grupo.
Carreras habituales y a trabajar.
Primero la rotación en rombo. Les cuesta, y me cuesta entender el porqué. Otros años empezaba a rotar en rombo porque los movimientos son más sencillos -creo- y luego pasábamos a practicar el cuadrado. Éste año he cambiado porque el cuadrado es más equilibrado, un sistema más seguro al que poder agarrarse durante el proceso de definición de nuestra forma de jugar. Cuando el cuadrado ya nos define como un equipo seguro -somos los que menos goles hemos encajado y nunca se nos han adelantado en el marcador-, entonces y solo entonces -y parece que va llegando el momento-, con la espalda bien cubierta, podremos jugar a deshacer el cuadrado para lograr un mayor golpeo arriba.
Pero... ¿cual es nuestro problema ahora? Todo apunta a que terminaremos creando una tercera forma de rotación jamás inventada. Los movimientos para el cuadrado y los del rombo se mezclan en un terrible ir y venir sin sentido, en un caos absoluto, en una danza patética de recibida al rival.
Paciencia... El tiempo, y el trabajo, pondrán las cosas en su sitio. Espero...
Ya retomaremos a la vuelta de las Navidades.
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