IRABIA 5-3 REDÍN

Sábado, 19 de abril.
9:45, Colegio Irabia.
Llego el primero al colegio. Me quedo escuchando música dentro del coche. Hoy termina todo y no creo ser del todo consciente. Pero es así. Hoy saldremos al campo por última vez, a librar la última batalla.
Irabia ya es campeón y nosotros últimos, y el partido de hoy no podrá cambiar nada. Pero eso no importa. Es el último partido y no quiero guardar un mal recuerdo. No quiero que se convierta en el típico partido jugado con dejadez y mal sabor de estómago. Son los últimos 50 minutos de la temporada, y son nuestros. Quiero invertirlos en hacer un partido perfecto, algo así como un resumen digno a lo que ha sido la temporada.
Los chicos van llegando y nos ponemos a calentar. Parece que el mensaje de que aquí jugamos nuestra final hizo mella: hay silencio. Y el discurso previo es sencillo: No quiero pediros que ganéis, sólo quiero ver, durante 50 minutos, a un equipo dejándose la piel para ganar. Aunque no ganemos. Y ya está. Que disfrutéis del último partido.
Y arranca nuestra final. Nuestro final.
Defendemos 2-1-1, más atrás de lo que les defendimos en el Redín. Cuando robamos tocamos con gracia, muy abiertos a la salida por banda. Ellos empujan y nosotros nos reagrupamos bien, cerrando filas. Y entonces llega nuestro primer contragolpe. Les pillamos en inferioridad -dos para uno- y metemos. Increíble. Poco después llega nuestro segundo contragolpe: ¡otra vez gol! Acojonante. Los de Irabia, perplejos, intentan sacudirse el 0-2 con un juego más directo.
Nosotros nos despistamos y en dos fallos de marcaje -uno de ellos clamoroso en saque de banda- dejamos que nos igualen.
Pero volvemos a adelantarnos al ejecutar una buena salida por la banda. ¡No me lo puedo creer!
Y justo antes del descanso, una genialidad de los suyos pone la igualada. ¿Por qué nadie le ha frenado? Basta con agarrarle y sonreírle, pedir perdón y ponerse en la barrera. Aprenderán.
Nos metemos en el vestuario. Les felicito. Hago dos apuntes sobre las coberturas y la agresividad en defensa y salimos al campo. ¡Se puede!
La segunda parte es vibrante. Ocasiones en un lado y en otro. Las nuestras son más claras pero todas ellas las desbarata un iluminado portero. El ritmo es altísimo, muy intenso. Y es entonces -a falta de 7 minutos- cuando el árbitro decide terminar de liar el partido. Y digo terminar porque ya había comenzado en la primera. Una amarilla en nuestra primera entrada. Faltas inexistentes señaladas en nuestra contra y existentes no señaladas a nuestro favor. Errores en el sentido del saque de banda, distinto criterio -¿criterio?- en las penalizaciones de las faltas: tarjetas para nosotros y avisos para los otros... Bufff.
Y es entonces, decía, a falta de 7 minutos, cuando Euge le roba la cartera al defensa y acto seguido es derribado -tras agarrón de amarilla- sin ver el árbitro nada señalable. Dos minutos antes le había mostrado la amarilla a uno de los míos por la misma acción. Y, segundos después, nos meten ellos. Quejas, gritos, protestas... Que el árbitro decide zanjar expulsando al capitán. ¡¡¡¿Qué?!!! No me lo puedo creer. Y a jugar con uno menos.
Qué pena. Es una pena que en nuestro último partido del año, en el momento en el que mejor volamos -los brazos extendidos, la brisa del que vuela alto en las mejillas, paladeando otra vez el retrogusto de una victoria-, éste sinvergüenza se presente, nos corte las alas y nos deje tirados. Pero si sólo estabamos jugando a ser gigantes, a ser los mejores, mirando por encima del hombro a los primeros en su propio campo... ¿por qué la lías?
Nos meten otro y todo acaba ahí.
(...)
No voy a dejar que éstos siete últimos minutos minen mi estado de ánimo. Es para estar contento, orgulloso, satisfecho. Hoy hemos demostrado ser todo un equipazo en una categoría de gigantes. Así que separo a los míos y les pido que dejen al árbitro en paz, mientras le clavo los ojos y, con una sonrisa, le susurro al oído: no te preocupes arbi, es que nos has jodido el partido.
Chico, tenía que decirselo. Así de claro.
Y me voy contentísimo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este NO será mi comentario de despedida. Claro que no. Sería feo desperdirse con el mensaje que voy a poner. Feo pero como entiendo es justo pues ...allá voy.

Desde el pasado sábado he estado buscando el diavolo-artículo sobre este partido. Has hecho bien diavolo, en dejar pasar unos días para que se pose el ánimo y el cabreo DESAPAREZCA. Pero uno recuerda aquello y la sangre caliente de lagarto que uno tiene se calienta una vez más.
Vos, evidentemente os acercaste al arbitro y le susurraste al oído....... Nosotros no pudimos sino machacarle la oreja (que este gacho no tiene oido) a puro grito de indignación. Indignación repito. Lo de este chico (el árbitro) el sábado pasado fué una vergüenza. Ejemplo 1 y único que voy a mencionar:
El gol que mencionas en la primera parte (fallo tras saque de banda), es un saque de banda CLARISIMO a favor del Redín. Insisto CLARISIMO. Pero este chavalote lo pitó en contra. Y como esta un TRILLON. Y yo digo que no fueron errores. Fueron intencionalidades.
Si uno tira un dado seis veces y las seis sale un cinco o es que está dándose un momento único en la historia de la Humanidad en la que se contradicen todas las leyes de la probabilidad o es que el dado está trucado y tanto cinco es lo que todos sabemos que es............que por un sitio va y te la hinco.....
El tipo (hay que investigarlo), fijo que es ex alumno del Redín y no le dejaron jugar a futbito en el colegio, o fué expulsado del colegio, o fijo es ex-alumno de Irabia de los que lleva el escudo del colegio grabado en el corazón a fuego , porque lo salvaron de la dislexia y del fracaso escolar con una atención descomunal por parte de todos los recursos pedagógicos del colegio.

Da igual, pero lo del otro día fué un ESCÁNDALO por lo evidente de la intención en pitar unas cosas en contra de unos y no pitar las mismas cosas o más graves en contra de los otros. De vergüenza.

Anécdota personal:

Los últimos cinco minutos llega un padre del Irabia (que no ha visto un minuto del partido), asiste al final y cuando el árbitro pita el fin de la infamia, de lejos (a unos 10 mts.) con el dedo en alto a lo Torquemada nos reprende diciéndonos vehementemente que damos "mú mal ejemplo a los chavales".
Pá fliparla. ¡Lo que faltaba¡. ¡El que faltaba¡. El modelo pedagógico andante, y con un par ehhh, que hay que tenerlos, que te mira y te da lecciones de ejemplaridad paternal mirándote desde arriba.

Este señor puede ir por la vida con el manual y sin salirse un ápice. Y si su manual dice que si te pisan, te repatean, se mofan de tí, tú nada a lo tuyo a sufrir en silencio como si no tuvieses HEMOAL en la Farmacia pues muuuuuh bien chavalote. Pero a los demás nos indigna que el equipo benjamín de la categoría gane bien ganado al equipo campeón y que estos necesiten del árbitro (al cual aplaudían al final a cada tarjeta, a cada falta que les pitaba a favor) para tener su pequeño instante de gloria.

Al señor este (y claro no se lo esperaba porque en el manual que él maneja no sale) ya le dijimos dos cositas bien dichas (para empezar que si no ha visto el partido – la infamia de partido – mejor calladito) y el señor bajó su dedito y lo metió en su bolsillito y se quedó calladito y no dijo más cosas de t...tito.

El Redin fué mejor y debió ganar.

Una verqüenza.

Pero oye, que lo pasamos igual de bien. Estuvo divertido y todo. Salvo el modelo pedagógico, todo lo demás estuvo divertido.

P.D. Hascum, ahora puedes postear este comentario llamándonos forofos graderos, etc, etc... Para final de temporada te lo pongo a huevo. ¡Da la cara¡. Foto, nombre, apellidos, DNI y nº afiliación a la Seguridad Social.